A veces cuesta comprender los eventos sísmicos que dieron forma a nuestro mundo moderno. Uno de esos períodos cruciales abarca desde la publicación del Manifiesto Comunista hasta la Revolución Rusa, una era marcada por levantamientos sociales, agitación económica y un cambio político radical.
Este
resumen tiene como objetivo proporcionar una comprensión concisa de este
período transformador, destacando eventos y movimientos clave que redefinieron
el panorama sociopolítico global.
El Surgimiento del Movimiento Obrero y la Lucha de
Clases
El Manifiesto Comunista, escrito por Karl Marx y Friedrich
Engels en 1848, articuló las crecientes tensiones entre la burguesía (clase
propietaria) y el proletariado (clase trabajadora). El Manifiesto argumentó que
la historia es una historia de lucha de clases y predijo que el proletariado
finalmente derrocaría al sistema capitalista. Esta publicación resonó con los
trabajadores de toda Europa que se enfrentaban a condiciones laborales
opresivas, salarios de pobreza y la alienación provocada por la Revolución
Industrial.
A medida que se extendía la industrialización, también lo
hacía la organización del movimiento obrero. Los sindicatos ganaron
prominencia, luchando por mejores salarios, condiciones de trabajo más seguras
y la reducción de la jornada laboral. El movimiento sindical fue
particularmente influyente en Inglaterra, donde logró obtener concesiones
significativas de los empleadores y el gobierno. La creciente conciencia de
clase entre los trabajadores llevó a la formación de partidos políticos
socialistas, abogando por un cambio social fundamental.
La Primera Internacional y la Comuna de París:
Experimentos en Autogobierno
En 1864, se fundó la Asociación Internacional de Trabajadores,
también conocida como la Primera Internacional, uniendo a trabajadores y
organizaciones socialistas de varios países. La Primera Internacional
proporcionó una plataforma para que los trabajadores de todo el mundo compartan
ideas, coordinen acciones y promuevan sus intereses colectivos.
Un evento crucial en la historia del movimiento obrero fue el
establecimiento de la Comuna de París en 1871. Tras la derrota de Francia en la
guerra franco-prusiana, los trabajadores de París se levantaron y establecieron
un gobierno revolucionario que implementó reformas radicales, incluida la
autogestión de las fábricas, la educación gratuita y el control obrero de la
ciudad. La Comuna de París, aunque de corta duración, inspiró a revolucionarios
de todo el mundo y demostró el potencial para la organización autónoma de los
trabajadores.
El Imperialismo y la Intensificación de las
Tensiones Globales
A finales del siglo XIX, las potencias europeas se embarcaron
en una agresiva expansión imperialista, compitiendo por colonias en África,
Asia y el Pacífico. Esta competencia por recursos y mercados intensificó las
rivalidades entre las naciones europeas y contribuyó al estallido de la Primera
Guerra Mundial en 1914.
El imperialismo también tuvo un profundo impacto en las
colonias, sometiendo a las poblaciones locales a la explotación económica, la
opresión política y la destrucción cultural. La resistencia al dominio
imperialista surgió en varias formas, desde levantamientos armados hasta
movimientos de independencia no violentos.
La Revolución Rusa: Un Punto de Inflexión en la
Historia
En 1917, Rusia, debilitada por la Primera Guerra Mundial y el
descontento interno, experimentó dos revoluciones que cambiarían para siempre
el curso de la historia. La Revolución de Febrero derrocó al régimen zarista,
estableciendo un gobierno provisional que luchó por mantener el control en
medio del caos y la agitación.
En octubre de 1917, los bolcheviques, liderados por Vladimir
Lenin, lanzaron una segunda revolución, tomando el poder y estableciendo el
primer estado socialista del mundo. La Revolución Rusa tuvo un impacto sísmico
en el panorama político global, inspirando movimientos revolucionarios en todo
el mundo y marcando el comienzo de una nueva era de competencia ideológica
entre el capitalismo y el comunismo.