Un día de fines de 2004, una joven muchacha que ganaba su pan diario cuidando en
un hotel de Montserrat a un bebe de año y medio, tuvo el valor y el compromiso
de presentarse en la comisaría y denunciar que el niño era ferozmente maltratado
por su madre y por el concubino de aquella, agente de seguridad de pésima
catadura...
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