Domingo, 20 de Mayo de 2007.
SOCIEDAD › SOLO
EL 10 POR CIENTO DE LAS CAUSAS POR DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL
LLEGA A UNA CONDENA
El otro abuso
Nueve de cada diez
denuncias por violación y abuso sexual terminan en la impunidad, según un
estudio de la unidad fiscal especial para ese tipo de delitos.
Por Mariana
Carbajal
Apenas
uno de cada diez casos de violación y abuso sexual denunciados en la ciudad de
Buenos Aires termina en condena. Es decir, la mayoría de los perpetradores
actúan sin recibir castigo, con absoluta impunidad. El dato lo reveló Julio
César Castro, director general de la unidad fiscal especializada creada
recientemente en la órbita de la Procuración General de la Nación para investigar y
realizar un mapa de los delitos contra la integridad sexual, la trata de
personas y la pornografía infantil en el ámbito porteño. “Es muy poco”, evaluó
el fiscal general y advirtió que encontró deficiencias en investigaciones
judiciales sobre estos delitos que habían sido archivadas el último año. En un
reportaje a Página/12, Castro analizó además la problemática del abuso sexual
de menores en el país: “Es un mito que las causas sean inventadas. Las
denuncias falsas no prosperan. Es muy difícil que un chico pueda engañar a un
profesional con un relato inventado”, afirmó.
Castro tiene 24 años en la Justicia penal, es
docente de Derecho Penal de la UBA
y fiscal general Nº 13 ante los tribunales orales en lo Criminal y Correccional
con asiento en la ciudad de Buenos Aires. En los últimos años tuvo dos casos de
gran trascendencia pública: el juicio por la llamada masacre de Floresta, en la
que un policía asesinó el 29 de diciembre de 2001 a tres jóvenes en una
estación de servicio, y el caso del “violador de Núñez”, identificado como
Claudio Adrián Alvarez, acusado del crimen de Elsa Escobar y de la tentativa de
homicidio y violación de su hija de 13 años ocurridos en noviembre de 2001. En
ambos casos, Castro pidió reclusión perpetua para los imputados y fue la
condena que recibieron.
Desde hace cinco meses, además está a
cargo de la Unidad
para la Investigación
contra la Integridad
Sexual , Trata de Personas y Prostitución Infantil (Ufisex)
que creó la
Procuración General de la Nación a partir de un convenio con el gobierno
porteño: la ciudad se encarga de solventar las oficinas donde funciona, su
equipamiento y los sueldos del personal administrativo.
La dependencia empezó a trabajar en
diciembre. Una de las primeras medidas que tomó Castro fue pasar en limpio las
estadísticas. Así encontró que, tomando en cuenta los tres tipos de delitos que
abarca la Ufisex ,
es muy baja la tasa de condenas: del total de hechos denunciados, alrededor del
10 por ciento termina con una sentencia condenatoria. Incluso, es muy bajo el
nivel de condenas aun cuando se señala al supuesto autor del hecho en la
denuncia.
Las estadísticas de la Dirección Nacional
de Política Criminal muestran que en 2005 los delitos contra la integridad
sexual tuvieron un 13 por ciento de sentencias condenatorias en relación con la
cantidad de hechos denunciados en ese año en la ciudad de Buenos Aires, y un 15
por ciento en la provincia de Buenos Aires.
Dentro del grupo de delitos que abarca la
nueva UFI, las denuncias más frecuentes son por abuso sexual y, en segundo
lugar, violación simple. Si se analiza el período de 2002 a 2005 se observa que
incluso la tasa de condena es menor al 10 por ciento, de acuerdo con los datos
procesados por la Ufisex.
En ese período se iniciaron 2746 expedientes por abuso sexual
(567 NN y 2176 CA o con autor identificado), 414 causas fueron elevadas a
juicio y 164 recibieron un fallo condenatorio, es decir, sólo el 6 por ciento.
En cuanto al delito de violación, se denunciaron 838 casos (239 NN y 599 CA),
124 causas llegaron a juicio y 37 terminaron con una condena, apenas el 4 por
ciento.
Del 2006 se conoce hasta ahora que del
paquete de delitos que investiga la
Ufisex hubo 329 denuncias con autor desconocido.
Los demás datos procesados hasta el
momento corresponden al primer trimestre: se denunciaron 282 delitos con
autores identificados, hubo 170 causas que pasaron a juicio y 62 condenas. “Si
se suman todas las causas se observa que frente al total de hechos denunciados
(611) hay sólo un 10 por ciento de fallos condenatorios. Es muy bajo el
porcentaje”, destacó Castro en diálogo con este diario.
¿Qué sucede con otro tipo de delitos? En
el caso de homicidios dolosos, la mitad de los hechos denunciados recibió
condena en la Ciudad ,
y uno de cada tres, en la provincia de Buenos Aires en 2005, según los datos
recogidos por de la
Dirección Nacional de Política Criminal. Es llamativa la
diferencia en el porcentaje de condenas en relación con los delitos contra la
integridad sexual. En relación con los robos, finalizaron con sentencias
condenatorias 4 por ciento de las causas abiertas en el ámbito porteño y 12 por
ciento en el territorio bonaerense.
Causas archivadas
“Un dato que me llamó la atención cuando
analizamos las estadísticas de 2006 fue que de las 329 causas iniciadas con
autor desconocido por delitos contra la integridad sexual, 180 ya habían sido
archivadas. Decidí pedirlas, las analizamos y vimos que en muchos casos había
medidas pendientes, que se podrían haber tomado en el marco de la investigación
para esclarecer el hecho”, señaló el titular de la Ufisex. Por ejemplo,
en algunas, la víctima no había sido citada para hacer un relato hablado del
agresor; en los casos en que a la víctima le habían robado el celular, no se
había realizado un seguimiento de las llamadas posteriores al hecho como para
ver si lo usaba el violador y podía localizárselo, indicó Castro.
Según señaló, a mediados de febrero pidió
a varias fiscalías que realizaran algunas medidas judiciales en causas que ya
habían sido cerradas. En un caso de varias violaciones ocurridas en el barrio
de Liniers, ante la sospecha de que el victimario podría vivir del otro lado de
la avenida General Paz, Castro pidió que se enviara el relato hablado del
agresor elaborado a partir del testimonio de las víctimas a fiscalías ubicadas
en la provincia de Buenos Aires.
También ordenó llamar por teléfono a la
casa de cada una de las víctimas para saber si habían vuelto a sufrir algún
hecho de violencia. “La mayoría nos atendieron muy enojadas. Nunca antes las
habían llamado de la fiscalía que tenía su causa”, apuntó.
–¿Surgió algún avance de las medidas
indicadas? –le preguntó Página/12.
–Estamos esperando resultados de algunas
diligencias.
Un caso le preocupa particularmente: “Hay
un violador que anda en una motito desde el año pasado y no se lo puede
identificar. Por ahora tenemos cinco denuncias presentadas en distintas
comisarías: el hombre se les acerca con cualquier excusa y luego empuja a sus
víctimas, mujeres jóvenes, a un lugar oscuro y allí las abusa”. Las denuncias
fueron radicadas en las comisarías 41ª (Paternal/Villa del Parque), 42ª
(Mataderos), 43ª (Villa Luro), 45ª (Devoto) y 50ª (Floresta). La descripción de
la moto y la fisonomía del violador no coinciden en todos los casos, pero sí la
forma de actuar.
El abuso sexual es un delito que cada vez
se denuncia más en el ámbito porteño. En cuatro años se incrementaron un 60 por
ciento las denuncias. “No creo que haya aumentado el delito: sucede que cada
vez se tiene más conciencia y por el trabajo de ONG y organismos de derechos
humanos se está denunciando cada vez más”, consideró Castro. En 2002 se
iniciaron 500 expedientes por abuso sexual; en 2005 la cifra trepó a 799, según
las estadísticas de la
Ufisex. En el caso de la violación simple, el aumento de
denuncias fue en el mismo período de un 35 por ciento: de 181 casos en 2002 se
pasó a 245 en 2005.
–¿Se inventan causas de abuso sexual en
el marco de divorcios contradictorios o para perjudicar a una ex pareja?
–Es un mito que las causas sean
inventadas. Las denuncias falsas no prosperan. Es muy difícil que un chico
pueda engañar a un profesional. En tests proyectivos sale si no dice la verdad
como también surge el perfil de un pedófilo. Además, estas situaciones van
acompañadas por pesadillas nocturnas, enuresis, cambio de humor y de su
rendimiento escolar, un vocabulario sexuado, un proceso de disociación que le
permite elaborar que su papá que lo tiene que proteger, lo abusa.
Castro se ha especializado en causas de
abuso sexual a partir de tener que investigar cientos de casos.
–En los últimos años, personajes
reconocidos públicamente, como el padre Julio César Grassi, han sido llevados a
los tribunales por abuso sexual. También empresarios...
–La diferencia en esos casos es que tienen
un estudio jurídico grande detrás.
–¿Y les sirve para zafar de una condena?
–Tienen más posibilidades de meter
chicanas y llegar a la
Corte. Hay un elenco estable de abogados que defienden
abusadores. Yo ya sé qué van a decir: que descreen del testimonio del chico. Es
su estrategia. Otro argumento es decir: “No fui yo, fue otro: el amante de mi
esposa, un tío”. Como el hecho no se puede negar, entonces distraen.
–¿Le cuesta a un juez condenar por abuso
sexual a un acusado que proviene de su mismo sector social?
–Eso se está revirtiendo por la
incorporación de jueces de nuevas generaciones. Todavía se cree que
determinados sectores no están involucrados en este delito. Pero la violación
de padres a sus hijos es muy frecuente. Cruza las clases sociales. No es un
delito de borrachos marginales.
Fuente: Página 12
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