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¿Es posible enfermar por las vivencias emocionales?
14 noviembre, 2013 by Dr. Juan Moisés de la Serna Leave a
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Resumen: El mundo
emocional juega un papel destacado en cómo sentimos y padecemos, pero las
emociones negativas nos va a hacernos enfermar cuando estas se anquilosa.
Los sentimientos internos, de activación, como euforia o
rabia, van a sobreexcitar al organismo modificando su nivel basal de reposo,
haciendo que pensemos y nos comportemos de forma distinta a cómo lo solemos
hacer; igualmente sentimientos de desactivación como el duelo o la tristeza,
van a reducir la actividad del organismo, modificando igualmente nuestros
pensamientos y conducta.
Modificaciones por activa o pasiva, que pueden acarrear
cambios en los niveles de ansiedad, la respiración, el dolor y el tono
muscular, lo que a su vez va a tener efectos sobre el ciclo de sueño o el
sistema inmunitario, por lo que si se trata de algo transitorio no va a tener
mayores consecuencias, pero si éstas emociones se mantienen pueden acarrear
problemas psicosomáticos producidos y motivados por el sistema límbico.,
Así una situación de dolor psicológico (duelo) o depresión,
puede desencadenar estados ansiosos puntuales, pero normalmente se
caracterizará por un estado decaído, respiración superficial y enlentecida,
próxima al de la melancolía, con hipersensibilidad a los estímulos externos,
como la luz, los sonidos y también al dolor, sintiéndolos estos como más
intensos, estando más sensibles a cualquier “agresión” externa, también se va a
perder el interés por cualquier actividad física, mostrando un tono muscular decaído
y flácido.
El sueño se va a ver entorpecido por pensamientos de culpa e
inutilidad que acompañan a estos estados, con recuerdos sobre las
circunstancias que han motivado ese duelo o depresión, con “rumiación mental”
donde se repiten una y otra vez los mismos pensamientos negativos, todo lo cual
va a impedir que se duerma bien, perjudicando en cantidad y en calidad el
sueño, lo que entre otros va a reducir el funcionamiento del sistema inmune que
no va a poder realizar sus funciones durante la noche. Situación que si se
mantiene demasiado tiempo va a afectar a todos los órdenes del organismo,
empezando por el sistema inmunitario.
Una emoción de euforia o ira, va a expresarse con altos
niveles de estrés, lo que va a proporcionar una “falsa” claridad de
pensamiento, sintiendo que “ahora lo entiende todo”, y que puede tomar
cualquier decisión sin errar. En estos estados se produce una hiperventilación,
aumentando los niveles de oxígeno en sangre, con una respiración acelerada y
superficial, donde se da un “estrechamiento” atencional, perdiendo mucha
información que en un estado de ánimo normal le puede resultar interesante,
descartando todo aquello que no sea “su objetivo”, con reducción de la
sensibilidad al dolor, tanto físico como psicológico, con una sobreactivación
de la tonalidad muscular, lo que le permite no “estarse quieto” y tener que
deambular de un lugar a otro.
Al tener altos niveles de estrés, el sueño se va a ver
perjudicado tanto en cantidad como en calidad, debido a esa sobreactivación, lo
que va a reducir la posibilidad de “trabajo” por parte del sistema inmune y con
ello recuperarse de las heridas y facilitar el aprendizaje.
Si se mantiene ésta situación, va a facilitar las
infecciones al tener debilitado el sistema inmune, así como generar un
agotamiento progresivo de los recursos del organismo, dado los altos niveles de
ansiedad y por tanto de colesterol en sangre.
La atrofia del
sistema límbico, va a “descolorear” la vida de la persona, no sólo en el
aspecto emocional, sino en todos los ámbitos. Lo que hay que distinguir de las
personas con altos niveles de Alexitimia, que van a tener dificultades en
relacionarse, en tomar decisiones, en conocer qué siente su propio cuerpo y los
demás, lo que le va a convertir en un “incompetente” social, ya que el resto de
las personas de su alrededor van a manejarse por claves emocionales, que él va
a ser incapaz de “ver” ni de procesar, mostrándose frío y distante.
Éste tipo de personas van a tener un correcto funcionamiento
del sistema límbico, lo que sucede es que no han aprendido a “ponerlo en valor”
o simplemente se ha “desecho” de su mundo emocional por considerarlo una
“debilidad” o algo inútil.
La toma de decisiones de éstas personas, sería lo más
parecido a las decisiones lógicas, frías y calculadas, las que a todos nos
convendrían y que escasamente tomamos, basadas en cálculos de pros y contras,
donde aquella columna que más sume, se convierte en la decisión óptima, sin dar
pie a la improvisación.
Son personas que les da lo mismo aprender una receta de
cocina, que un libro de derecho, que una novela “rosa”, ya que su vivencia va a
ser la misma. Con marcados rasgos de personalidad encuadrados dentro del tipo
D, hiperactivas, autoexigentes y con baja autoesitma.
Pero estas personas lejos de “vivir sin emociones”, como
cabría pensar, lo que sufren es una “desconexión” entre el mundo emocional
interno y su expresión externa, con lo que el cuerpo se va a convertir en el
vehículo a través del cual dar salida a dichas emociones, produciéndose una somatización
de las mismas.
Vídeo Recomendado:
Mostrando una mayor probabilidad de padecer llegar a
enfermar psicosomáticamente, como la colitis ulcerosa, úlceras péptidas,
trastornos vasculares como hipertensión o cardiopatías isquémicas, además de
trastornos del estado de ánimo como depresión y ansiedad.
Y todo ello precisamente por su incapacidad de darle salida
por otros medios, como la palabra, la escritura, o simplemente “rompiendo a
llorar”.
Un reciente estudio realizado por la Banaras Hindu University
(India) publicado en SIS Journal of Projective Psychology and Mental Health,
analiza la relación entre la salud y la alexitimia. Para lo cual analizaron a
150 adultos donde se evaluaba la alexitimia, la salud mental y las vivencias de
emociones positivas y negativas.
Los resultados indican que altos niveles de alexitimia están
relacionados con una mayor probabilidad de enfermar con trastornos
psicológicos, explicado en parte, por el componente de anhedonía de la propia
alexitimia, con el que se pierde la vivencia positiva de las emociones,
favoreciendo de ésta forma mayores experiencias negativas.
Bibliografía Recomendada:
Dubey, A y Pandey, R. (2013). Mental Health Problems in Alexithymia: Role of
Positive and Negative Emotional Experiences. SIS Journal of Projective
Psychology and Mental Health.
Sánchez-García
(2013). Procesos psicológicos en la somatización: la emoción como
proceso. Journal of Psychology and Psychological Therapy.
Berrios, G.E. (2012). A psicopatologia da afetividade:
aspectos conceituais e históricos. Revista Latinoamericana de Psicopatologia
Descargar:
http://www.psicopedagogiaweb.com
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